En una ceremonia de graduación en las instalaciones del Complejo Carcelario de Ibagué, 21 personas privadas de la libertad recibieron su diploma de bachiller, luego del proceso académico desarrollado por la institución educativa José Joaquín Flórez Hernández, sede Simón Bolívar, que atiende población de este centro.
“Hoy estamos educando a 1.018 personas privadas de la libertad (PPL), en 43 ciclos lectivos integrados especiales de educación formal de adultos (CLEI), con 43 docentes, dos coordinadores, de acuerdo a la Ley 115 del 1994, en su capítulo de educación para la rehabilitación social. Llueva, truene o relampaguee nosotros estamos acá, para que ustedes tengan una vida productiva y para que no se repitan las acciones que se consideran delictivas”, expresó Lamberto García, rector del plantel.
Los reclusos recibieron sus clases a lo largo del calendario académico 2022, de lunes a jueves tanto en la jornada mañana, como tarde, al interior de la cárcel para todos los grados académicos, en la modalidad de educación flexible, compuesta por seis ciclos de formación: Ciclo 1: grados 1°, 2° y 3°, ciclo 2: grados 4° y 5° de básica primaria, ciclo 3: Grados 6° y 7°, ciclo 4: grados 8° y 9°, ciclo 5: grado 10° y ciclo 6: grado 11° de básica secundaria.
“Desde la Administración ‘Ibagué Vibra’ reiteramos las felicitaciones, nos sentimos muy orgullosos de que ustedes efectivamente estén culminando sus estudios, se estén graduando, no me queda más que invitarlos a que continúen en su formación, hay muchas cosas buenas por delante en el campo de la educación. Ustedes se merecen este logro y muchos más”, expresó Juan Manuel Rodríguez, secretario de Educación.
El complejo carcelario adelanta convenios con universidades de la región, que permite que los graduados ahora puedan realizar su pregrado mientras cumplen su condena, y los estudiantes de los demás ciclos reanudarán sus clases en el 2023.
“Son muchos los sueños de la población reclusa; nosotros hacemos de la resocialización una práctica permanente, imaginamos para nuestras vidas, un mundo mejor y así nuestros familiares y amigos vuelvan a sentir alegría y orgullo por nuestros buenos actos. Estar en este lugar me ha enseñado a ver el universo de una forma diferente, valorando la libertad y todo aquello que perdí por mis errores, anhelando salir adelante, a pesar de la difícil circunstancia y teniendo fe de que mi vida a partir de hoy, mejorará al alcanzar una meta tan importante como el ser bachiller”, afirmó Juan Alberto Yepes, uno de los graduados.