Tito Díaz - Columnista
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Suministrada
12 Nov 2023 12:50 PM

Volver al campo por Tito Efraín Díaz Muñoz

Columnista
Invitado
El doctor Tito Efraín Díaz Muñoz, PhD en Ciencias Animales de Iowa State University es el nuevo columnista de Alerta Tolima

La misión para la transformación del campo liderada por el exministro José Antonio Ocampo en el año 2015, mejor conocida como la misión rural, planteó seis estrategias básicas para saldar la deuda histórica del país con el sector rural, contribuir a la paz y hacer que el sector rural colombiano fuera más competitivo, moderno y generara bienestar.  Hoy casi cinco años después de haber sido entregado el informe de dicha misión, y en el marco de la crisis sanitaria, social y económica generada por el covid-19, considero que sus planteamientos son aún más relevantes y que el gobierno, el sector privado y la sociedad en general deben acelerar su implementación. 

La primera estrategia es la inclusión social de los habitantes del campo al desarrollo con un enfoque de derechos, con el fin de garantizar su acceso a la alimentación, educación, salud, protección social, vivienda, agua y saneamiento.  En el Tolima el 29% de la población vive en el sector rural y según el Departamento Nacional de Planeación, en el año 2018, la pobreza multidimensional rural que mide las carencias en acueducto, alcantarillado, educación, salud, vivienda y empleo varía entre el 50% y el 70%, mientras que en las zonas urbanas va del 25% al 40%, esto demuestra que las brechas urbano-rurales siguen siendo abismales. 

La segunda estrategia es fortalecer la agricultura familiar para garantizar que los pequeños productores que generan más del 70% de los alimentos que consumimos, así como los trabajadores del campo, tanto agropecuarios como no agropecuarios, accedan a tierras, capital de trabajo, servicios tecnológicos, empleo, y se integren a lo largo de toda la cadena de producción y comercialización, a través de asociaciones o redes de productores.  Aún no vemos un programa fuerte de estímulo a la agricultura familiar en el departamento y los agricultores tolimenses siguen siendo los grandes olvidados de la política pública.   

La tercera es crear un entorno favorable para la competitividad sectorial, que facilite la incorporación de los avances de la ciencia, la innovación, el acceso a servicios tecnológicos y financieros modernos, y sea capaz de garantizar ingresos y salarios dignos a los productores y trabajadores del campo.  Desafortunadamente, los indicadores de productividad agropecuarios siguen siendo bajos, la infraestructura vial, productiva y de comunicaciones en los territorios rurales del Tolima es precaria, el servicio público de extensión rural es inoperante y el acceso a la seguridad social y la seguridad humana de los pobladores del campo no está garantizado. Se suponía que, con la firma del acuerdo de paz el sector rural sería una prioridad. 

La cuarta estrategia es apostarle al desarrollo ambientalmente sostenible, garantizar la protección del patrimonio natural, agua, suelos, biodiversidad, bosques; avanzar en la adaptación al cambio climático y valorar la riqueza ecológica. Hoy desafortunadamente somos testigos de las altas tasas de deforestación, la contaminación de los ríos, la degradación de los páramos, la pérdida de especies nativas y el uso excesivo de agroquímicos con impactos sobre la salud de los ecosistemas, la salud animal y la salud humana. Es necesario implementar sistemas de gestión de riesgo climático y promover la agricultura agroecológica y la producción limpia. 

Las dos últimas estrategias tienen que ver con mejorar los procesos de ordenamiento y desarrollo a la medida de los territorios. Fortalecer las instituciones y las políticas públicas sectoriales e intersectoriales para garantizar una mayor inversión en el desarrollo sostenible social, económico y ambiental de los territorios rurales, promover la igualdad de género, generar oportunidades de empleo para jóvenes y mujeres, y facilitar la articulación del campo con la ciudad.  Sin embargo, los presupuestos asignados al sector rural siguen siendo paupérrimos, los planes de ordenamiento territorial tienen serias deficiencias o sesgos hacia intereses de grupos particulares, la gestión pública está permeada por la corrupción y la ineficiencia, y el sector privado no asume plenamente su responsabilidad social. 

Paradójicamente, durante la crisis por la pandemia del covid-19, la sociedad ha revalorizado la importancia de lo rural en términos de calidad de vida, menores aglomeraciones, mejor calidad del aire y menores riesgos epidemiológicos.  La gran mayoría de los municipios no covid son rurales y los agricultores familiares han asegurado la provisión de alimentos a los habitantes de las ciudades evitando una crisis alimentaria.   

La reactivación económica deberá priorizar la inversión en el sector rural, el turismo rural sostenible y no masivo será una opción importante para los ciudadanos cansados del encierro y permitirá generar nuevas oportunidades de ingreso a los campesinos, los consumidores de las ciudades estarán mucho más dispuestos a comprar un alimento sano y saludable directamente a los campesinos que utilizan prácticas agroecológicas.  Sin embargo, el gobierno debe hacer su parte, proteger la vida de los líderes sociales, invertir en infraestructura vial, comunicaciones y saneamiento básico, aumentar los presupuestos para salud, educación y vivienda rural, generar programas de incentivo y estímulo para los agricultores familiares y los trabajadores del campo, y garantizar el acceso a servicios rurales, tecnológicos y financieros en línea.  La prioridad son las familias rurales y la transformación de sus territorios para acercar el campo a la ciudad de manera sostenible y mejorar la calidad de vida de todos.  

*La información publicada por los columnistas así como su opinión, posición política y apreciaciones en los temas que trata son de su absoluta responsabilidad y no comprometen de manera alguna AlertaTolima.com o a RCN Radio en General.

**Dr. Tito Efraín Díaz Muñoz. PhD en Ciencias Animales de Iowa State University, USA, Magister en Producción Animal de la Universidad Nacional de Colombia, y Médico Veterinario y Zootecnista de la Universidad del Tolima. Más de 25 años liderando equipos de investigación e innovación para el desarrollo sostenible del sector agropecuario, director-editor de revistas científicas y autor de numerosas publicaciones en las áreas de nutrición y producción animal, desarrollo ganadero sostenible y desarrollo territorial rural; gestor de proyectos de cooperación internacional para el desarrollo de políticas públicas y programas de seguridad alimentaria, desarrollo sostenible, cambio climático e innovación social, y asesor de gobiernos de la región como  Oficial Senior de Producción y Salud Animal para América Latina y el Caribe y Director de la Oficina Subregional para Mesoamérica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Es el actual Director Ejecutivo de la Fundación Parque de las Energías. 

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Fuente
Alerta Tolima