En los últimos días vemos en diferentes medios nacionales e internacionales con horror, las imágenes de la nueva tensa realidad en Afganistán, una realidad que angustia al mundo, violencia, miedo y muerte se apoderaron de una región en donde los días de paz han sido escasos.
Ese espejo de Afganistán, es el que debemos evitar contundentemente en nuestro país, el odio y el fanatismo, no pueden apoderarse bajo ninguna circunstancia y en ninguna situación, alejarnos de la confrontación violenta y de la palabra negativa debe ser tarea fundamental en el gran propósito de unir nuestra nación y nuestro departamento. La violencia de género en especial hacia las mujeres es el pan de cada día, ellas viven en zozobra, pues bajo la sharía, la ley islámica, hay duras consecuencias por cosas tan simples como dejarse ver en público con la cabeza descubierta, no utilizar el burka, ocasionó en días pasados la salvaje violación múltiple y muerte de una indefensa mujer.
Los radicalismos y fanatismos son malos en cualquier situación, enceguecen y no flexibilizan la convivencia, que debe basarse en el valor y respeto por los demás, la unidad que he convocado se basa en respetar al otro, desde sus creencias y convicciones, construir un estado de convivencia que permita articular acciones para tener un mejor Tolima.
Afganistán, cuanto nos dueles y cuanto duelen los desmanes, radicalismos y violencia, cuando creíamos que la humanidad había aprendido de los conflictos que durante siglos causaron horror, se repite una situación que nos atormenta a demócratas y humanistas, a quienes defendemos la vida y creemos en la convivencia armónica entre los ciudadanos donde haya reconciliación, colaboración y solidaridad.
Debemos cuidarnos, curarnos y estar advertidos que donde se siembra odio y fundamentalismo, siempre habrá violencia, dolor y horror. Es tiempo de ayudar a nuestros hermanos afganos, a toda costa evitar la xenofobia, por lo contrario es el gran momento histórico para demostrar, sensibilidad y defensa de los derechos humanos, unirnos eliminando las fronteras, para darle paso a la fraternidad en defensa de la humanidad.