Hace pocos días se hizo público, en el Portal La Silla Vacía, un estudio de la profesora Silvia Otero Bahamón de la Facultad de Estudios Internacionales, Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, el cual está próximo a ser publicado, titulado “¿Qué es lo subnacional de la desigualdad subnacional? Una mirada interseccional a la desigualdad en Latinoamérica”.
En dicho estudio, que se analizan las tasas de analfabetismo en Colombia, podemos encontrar que en el censo del 2018, esta tasa se ubica en el 5% en general, pero, nos da una muestra de la desigualdad interseccional que se dá en Colombia. Cuando decimos interseccional hacemos referencia al estudio de las identidades sociales solapadas y sus respectivos sistemas de opresión, dominación o discriminación. Esto quiere decir que, varias categorías biológicas, sociales y culturales como el género, la etnia, la clase, la discapacidad, la orientación sexual, la religión, la casta, la edad, la nacionalidad, entre otros ejes de identidad, interaccionan en múltiples y a menudo simultáneos niveles. La teoría propone que se debe pensar en cada elemento o rasgo de una persona como unido de manera inextricable con todos los demás elementos, para poder comprender de forma completa su propia identidad. Este marco es el que utiliza la profesora Otero para comprender cómo ocurre la injusticia sistemática y la desigualdad social desde una base multidimensional.
Es preocupante que, según el estudio en la región caribe, la mujer rural e indigena presenta una tasa de analfabetismo del 31,69%, por su parte, en la misma región caribe, la tasa es de 27,37% para el hombre rural e indigena. En la región oriental, la mujer rural e indigena, registra un 26,11%, seguido, muy de cerca de la región andina-central, donde la mujer rural e indigena tiene una tasa de analfabetismo del 25,48%.
De estos indicadores tenemos que, de los cuatro con mayor registro de analfabetimo, tres tienen la característica coincidente de ser mujer, sumado a la zona y la etnia, siendo inversamente proporcional en relación con la región sexo, zona o etnia con menor tasa de analfabetismo, donde tenemos que, en la región andina-central, ser hombre urbano sin ninguna etnia registra el 2,18%, mientras que la mujer en la misma región, urbana y sin etnia, tiene una tasa de 2,35%. Por su parte, en la región pacífica, el hombre urbano y sin etnia, el número de analfabetas asciende al 2,5%, seguido de la región oriental, donde el hombre urbano sin etnia tiene una tasa de anafabetismo del 2,8%.
Como lo señalé la semana pasada en este mismo espacio, la igualdad está más lejos que cerca, estas enormes desigualdades, que abundan en nuestra sociedad, nos indica lo lejos que estamos de alcanzar la materialización de derechos en un país donde abundan las injusticias, de lo cual se hace necesario, exigir desde el territorio, el diagnóstico de la situación de las mujeres, tanto urbanas como rurales, incluyendo, en dicho análisis todos los tipos de opresión, exclusión y marginación como el clasismo, el sexismo, el racismo que pueden coexistir en nuestro departamento, esto con la finalidad de hacer una aplicación material y real al plan de desarrollo departamental, con miras a mejorar la situación de las mujeres en el Tolima.
El acceso a la educación, a la salud, a la formalidad laboral, son garantías que deben estar acorde a la realidad que vivimos en el territorio, con miras a reducir la brecha de la desigualdad como caldo de cultivo de violencias de genero.