Hace mas de dos años escribí dos columnas consecutivas denominadas “El poder de las regiones I” y “El poder de las regiones II” en ellas esbozaba la importancia de construir el país desde las regiones, también lo trascendental que sería para el país permitir que representantes de las regiones estuvieran en el poder, hoy eso va a ser una realidad, habida cuenta que todos los candidatos presidenciales o su mayoría son de la provincia, representantes de una ciudadanía que ha vivido la violencia venida desde muchos fenómenos y sectores, pero más el abandono del Estado.
Ha sido lo que llaman “el otro país”, ese que está conformado por las regiones, el más afectado y excluido, donde pobreza, inequidad y violencia se han desatado y desarrollado gradualmente, el próximo presidente, sea quien sea, deberá priorizar las inversiones sociales en las regiones, la infraestructura que asegure desarrollo, producción y por ende competitividad, no más pretender gobernar desde los fríos escritorios de las lujosas oficinas bogotanas, el gobierno se deberá hacer con los pies en el territorio, solucionando las realidades diarias de los colombianos, eso sí, aplicando la equidad como principio y precepto, la legalidad como imperio, la justicia como garantía de derechos y el respeto por la diferencia como construcción de paz.
Muchos de mis contradictores y mis amigos, tal vez me criticarán por no utilizar este espacio para promover alguna candidatura presidencial, eso sucederá por supuesto porque tenemos un país polarizado y lleno de odios, donde se nos obliga a poner todo en blanco y negro, no a ver otras aristas que nos llevan a converger todos en una misma causa, en un camino común. En esta campaña presidencial todos saben mi posición, conocen mis decisiones, que siempre son públicas y por encima de la mesa, más que los conciliábulos o el sicariato moral, he escogido el camino de trabajar, de ganarme el cariño de la gente y de hacer, alejado de la retórica o ser contestatario de agravios.
El próximo gobierno deberá convocar a la unidad de los colombianos, hacer las grandes transformaciones del Estado, fortalecer la independencia de poderes, restableciendo los pesos y contrapesos, gobernar con equidad y recuperar la credibilidad. Le llego la hora a las regiones, el nuevo país, la Colombia unida, la única Colombia, se construirá desde las regiones con oportunidades para todos.