Después de la caída en un 6,8% del Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia, en el año 2020, frente a un crecimiento económico positivo que se dio durante el año 2019, de 3,3%, uno de los mejores en América Latina, las proyecciones de crecimiento económico del Banco Mundial, el Banco de la República, ANIF y FEDESARROLLO, fluctúan entre un 5,9% y 7,5%.
Como gobernador, considero que no es nada fácil establecer estos cálculos tan optimistas en un país, que aún no se recupera de las secuelas dejadas por las jornadas de paro y demás agitaciones sociales, además que entramos en una etapa electoral, donde se puedes contraer la inversión privada de carácter nacional e internacional.
Mi mayor preocupación como gobernante radica en la difícil situación económica de aquellos que hacen parte de los círculos de pobreza monetaria extrema, no solo de aquellos que viven en las cabeceras municipales y sectores rurales de los 47 municipios del Tolima, sino especialmente de aquellos que viven en la ciudad de Ibagué, que a pesar de haber mejorado en las cifras de desempleo pasando a un octavo lugar, la muy alta informalidad hace parte de un problema crónico que debo reconocer, me desvela permanentemente. Los recursos de inversión proyectados para el cuatrienio 2020 – 2023, ascienden aproximadamente a 4 billones de pesos, sin embargo, el hecho de haber destinado una importante porción de recursos para garantizar gratuidad educativa, así como la priorización de recursos para realizar inversiones en materia de salud, infraestructura, inversión social y reactivación económica hacen parte del compromiso que tenemos con este departamento.
La reactivación económica no solo se deberá dar desde lo público y con recursos públicos, la reactivación también se debe dar a partir de la gestión, del relacionamiento, de la articulación a partir de la unidad. Mi tarea estará totalmente enfocada en generar confianza en los sectores económicos del Tolima, en acompañar a gremios y empresarios en todos los propósitos necesarios para reactivar y recuperar nuestra economía. Aprovechar los esquemas asociativos a los que pertenece el Tolima como la RAP-E central y la RAP Eje Cafetero, para construir sinergias, igualmente la Región Prioritaria de Internacionalización Económica REGIP, que compartimos con el departamento del Huila, me obligan como gobernador a generar todos tipo de sinergias económicas para dinamizar la economía. Invito a los sectores económicos, academia y todas las instituciones del estado, a que enfoquemos todos los esfuerzos para lograr crecer por encima del tradicional 2,1%, que ha caracterizado al Tolima en los últimos años. Si las tasas de crecimiento propuestas oscilan entre el 5,9 y 7,5 %, no podemos ser inferiores en esta apuesta, debemos articular rutas estratégicas para lograr que este departamento, recupere lo perdido y aporte los suficiente y necesario al crecimiento del país.
Esto se verá reflejado en menores tasas de desempleo, mayores niveles de ocupación y especialmente en la reducción de la pobreza.
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