Por: Indira Orfa Tatiana Rojas - tatianarojasoviedo34@gmail.com
Cada nuevo año se cree que las cosas van a cambiar, que todo es susceptible de mejorar, porque de manera individual y colectiva los sujetos darán lo mejor de sí, no solamente en sus hogares, sino también en el ámbito laboral, en las administraciones, en el sector privado.
Rápidamente ese imaginario se desdibuja y se cae en un conformismo porque muchas cosas siguen el rumbo de siempre, sin que se observen modificaciones que edifiquen, que transformen.
Nuestra ciudad pareciera un buen ejemplo del mundo al revés, los peatones cruzan las calles cuando el semáforo está en verde, los carros masivamente siguen avanzando cuando el semáforo lleva más de 30 segundos en rojo y está informando que hay que detenerse; hay conductores de vehículos grandes que se duermen a media mañana y reaccionan cuando ya han colisionado en pleno centro de la ciudad.
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Pareciera un tiempo en reversa, se habla del maltrato de algunos servidores públicos a los usuarios; con el paso de los días se hace más complejo un trámite cuando las plataformas tecnológicas una mediación que en el siglo XXI a nivel mundial aportan a la solución, descongestionando y facilitando al usuario cuanto requiera.
Me asombró el sinnúmero de personas congregadas la semana anterior en las oficinas de Tránsito Municipal de Ibagué, pretendiendo en muchos casos un duplicado de un pase, que pese a la buena disposición de los pocos funcionarios, configura ante los ojos de cualquier ciudadano, el atraso tecnológico. ¡Qué vergüenza! Para lograr un turno, la fila puede empezar antes de las 4 de la mañana y recuperar un pase puede constituir una diligencia de tres días.
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Tuve la oportunidad de escuchar que algunos peticionarios llevaban dos noches pagando hospedaje en hoteles de la ciudad, puesto que aún no lograban lo solicitado y no vivían en Ibagué.
Entonces se incrementan los motivos para seguir perdiendo imagen como ciudad ante el país; somos altamente excluyentes, atrasados tecnológicamente y poco dispuestos a dar solución a los asuntos fundamentales.
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Quienes hoy están trabajando en Tránsito son afectados por la carga laboral desproporcionada que se evidencia, hace falta personal, es una urgencia solucionar esta carencia.
Podría igualmente pensarse en descongestionar, abriendo otras oficinas en lugares estratégicos de la ciudad para prestar un servicio modernizado.
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Por otra parte, la ciudad se percibe insegura, los atracos a mano armada se han incrementado y poco se visibiliza el acompañamiento policivo. Ya no hay tranquilidad en la ciudadanía.
Es grande la tarea para lograr una Ibagué más amigable, incluyente, inteligente, desarrollada, el año corre de prisa y ya empieza la tercera semana.
Este artículo obedece a la opinión del columnista / Reproducción autorizada por el autor