La estudiante de medicina veterinaria de la universidad Corhuila, lleva 3 días en huelga de hambre como protesta para exigir que la universidad le responda por la vulneración de su derecho a la educación, a la protesta y a la libertad de expresión de parte de la universidad, tras expulsarla por protestar en meses anteriores por la falta de elementos necesario para desarrollar su carrera.
Como Brenda Calderón Peña, fue conocida la estudiante de noveno semestre de medicina veterinaria y zootecnia de la Corporación Universitaria del Huila-Corhuila, quien inicio una huelga de hambre como protesta ante el silencio y la no solución de parte de la universidad sobre su expulsión por protestar meses anteriores.
Brenda Calderón indicó que “en marzo se adelantaron diferentes manifestaciones de parte de varios estudiantes ante la inconformidad de tener que pagar 8 niveles de inglés por fuera del pensum, vacíos académicos y falta de herramientas pedagógicas para poder realizar con normalidad la carrera; es así que se realizó una protesta que creció por el cierre de una de las sedes por una reunión entre el rector y la asamblea general”.
Con el transcurso de los días en el mes de marzo, se hicieron diferentes protestas totalmente pacíficas frente a la universidad, en el que después se les abre un proceso disciplinario sólo a 8 estudiantes de los 50 que estaban participando de la protesta.
“Solamente fui una vocera que entró al despacho del rector para invitarlo a hablar con mis demás compañeros, pero él sólo quería reunirse con 3 estudiantes, algo que no nos parecía por principio democrático”, agregó Brenda Calderón.
De esta manera, en medio del proceso disciplinario se les permite a los estudiantes presentar una serie de pruebas, invitándoles al parecer una sola vez a una reunión con el consejo de facultad ampliado, donde aparentemente no se les permitió alegar sino sólo preguntar.
Las conclusiones a las que se llegó en el proceso disciplinario fue el de expulsar a cuatro estudiantes, mientras que a otros dos se les suspende durante dos semestres, por este motivo, los estudiantes deciden elevar un queja al ministerio de educación, en la que este se pronuncia e inicia la investigación a la universidad.
Los estudiantes además decidieron presentar cada uno sus tutelas, para que se les resolviera mucho más rápido el problema. Brenda presentó la suya el primero de agosto de este año, en la que le dieron medida provisional para que pudiera estudiar hasta que saliera el fallo decisorio.
De este modo, una jueza ordena a la universidad que vuelva a emitir un fallo, el cual es emitido, pero esta vez no con la expulsión sino que suspenden por dos semestres académicos a la estudiante.
Ante esta decisión, la estudiante decide hacer una huelga de hambre sin alimentos sólidos o líquidos, frente a la universidad Corhuila para exigir el cumplimiento de los derechos que le fueron vulnerados de parte de la institución.
“Se está emitiendo un fallo sin tener en cuenta las pruebas ni tener fundamentos, es decir la universidad primero me expulsa, hago unas tutelas, luego la jueza les ordena emitir un fallo, lo emiten y esta vez me suspenden. La decisión fue tomada en primera instancia”, agregó Brenda.
Asimismo, una vez la estudiante decide realizar la huelga de hambre, la universidad se reúne con ella, donde lo que indica es que al parecer no le han generado todas las garantías, en el que a pesar de que ellos tiene un abogado, Brenda tiene que subir sola, sin la oportunidad de subir con el de ella.
“El rector me pide que levante la huelga de hambre, prometiéndome que luego de levantarla y que salgan los fallos en primera y segunda instancia de la corporación y desde los jueces de la república, él se reuniría conmigo, pero eso no me está generando ninguna garantía”, complementó la estudiante.
Es así que la huelga de hambre, la cual no se levantará hasta que le den una respuesta a la estudiante, se seguirá hacienda desde las afueras de la sede del Corhuila Quirinal, donde Brenda duerme en una carpa y pide que la dejen entrar en las noches, algo que al parecer no se lo permiten al ser una institución privada.
La estudiante está siendo monitoreada por médicos y psicólogos para verificar que durante este proceso no tenga ningún problema de salud.