La pesca artesanal en Puerto Momico en Hobo Huila, prácticamente desapareció
Más de 300 pescadores artesanales se ven afectado por los cambios que ha sufrido el afluente.
El río más grande de Colombia pareciera empezar a agonizar. Al Magdalena dos represas lo tiene en cuidados intensivos. No está recibiendo oxigeno, los peces escasean y la contaminación de las aguas residuales, de más de 20 municipios del Huila cercanos al río, lo han venido afectando.
Incluso, dos de los municipios más grandes junto a Neiva: Pitalito y Garzón, que aún no tienen plantas de tratamiento.
Un río que en sus mejores años tenía las subiendas más abundantes y de la que dependían más de 300 familias dedicadas a la pesca artesanal, hombre, mujeres y niños que crecieron junto al río, trabajo que han heredado de sus padres y que hoy evidencian un panorama que cambio y que los tiene en crisis.
Luis Enrique Losada, pescador artesanal por más de 30 años, ha viviendo en carne propia el cambio que ha registrado el Río Magdalena, argumenta que "los pocos peces llegan hasta donde se encuentran los embalses del Quimbo y Betanía, y que esto afecta directamente la economía familiar".
Los muros que contienen el río para generar energía eléctrica frenaron las naturales migraciones de peces. En el municipio de Neiva, Yaguará, Hobo, Gigante, hay más de 300 pescadores artesanales que su economía depende de esta labor.
Muchos han tenido que buscar trabajos alternos, desplazarse a otros municipios, sus familias se han desintegrando y han evidenciado afectaciones sicosociales y las pocas ayudas recibidas no solventan lo suficiente a las familias afectadas.
Losada indicó que, “otro de los grandes cambios tiene que ver con las especies nativas, ya no se ven en cantidad, en la parte de arriba del río todavía se encuentran peces como La cucha, el pataló, la sardinata, la dorada, el pejé; sin embargo, las pesca no es la misma, el panorama de escasez se mantiene”.
El río, aunque conserva su extensión, ya no tiene el mismo caudal; sin embargo, sigue siendo de gran interés para multinacionales, empresarios piscícolas, campesinos y pescadores, al ser fundamental para cualquier tipo de actividades económica.
Según los pescadores, las esperanzas son pocas. Argumentan que un período no mayor a diez años y en la manera en como están siendo utilizado el Río Magdalena, "ya no tendría peces".
Fuente
Sistema Integrado de Información
