La muerte que no debió ser: Crónica de una tragedia anunciada en el Parque de los Nevados
En las gélidas alturas del Parque Nacional Natural Los Nevados, donde el aire se hace cada vez más delgado y el paisaje más sobrecogedor, una excursión que prometía ser una aventura memorable para recibir el 2025, con una promesa de matrimonio que la fatalidad no permitió, se convirtió en una tragedia que enlutó a una familia y expuso las graves consecuencias de la negligencia en el turismo de alta montaña.
Kevin Bocanegra, un joven abogado de 25 años, su novia Jois Ramírez y la madre de esta, emprendieron lo que sería su última aventura juntos, guiados por quien creían era un profesional certificado: Oscar Apolinar, primo de Kevin y propietario de la empresa Transpáramo Viva Vivir Vivo. Lo que ninguno sabía es que estaban poniendo sus vidas en manos de alguien que operaba al margen de la ley.
La expedición comenzó el 27 de diciembre con un grupo de 12 personas. Desde el primer día, las señales de alarma eran evidentes: el grupo se dispersaba constantemente, se perdían por falta de orientación adecuada, y el guía comenzó a mostrar síntomas de enfermedad. Pero estos fueron solo los primeros eslabones de una cadena de negligencias que terminaría en tragedia.
El punto de quiebre llegó cuando Kevin comenzó a manifestar síntomas de malestar. La respuesta del guía ante las quejas de su primo fue devastadoramente inadecuada: "No sea flojo, eso es normal aquí". Esta frase, que minimizaba una situación potencialmente mortal, refleja la peligrosa mezcla de inexperiencia y arrogancia que caracterizó el manejo de la expedición.
Para el 30 de diciembre, la situación de Kevin se había deteriorado significativamente. Presentaba tos severa, fiebre y vómitos. En la alta montaña, estos síntomas son indicadores claros de un posible edema pulmonar, una condición potencialmente mortal que requiere evacuación inmediata. Sin embargo, el guía seguía insistiendo en continuar la expedición.
La tragedia alcanzó su clímax el 31 de diciembre. Kevin, ya en estado crítico, fue finalmente montado en un caballo para su evacuación, pero era demasiado tarde. En un último momento de lucidez, le pidió a Jois que le contara todo a su padre. Momentos después, perdió el conocimiento y falleció.
La investigación posterior reveló múltiples fallas que podrían haber prevenido esta muerte. Primero, Transpáramo Viva Vivir Vivo no estaba registrada ni autorizada por Parques Nacionales para realizar expediciones de alta montaña. Segundo, el grupo carecía del equipo básico de seguridad, incluyendo radios de comunicación y equipo médico de emergencia. Tercero, y quizás más grave, el guía ocultó a las autoridades del parque su intención de ascender a la cumbre, eludiendo así los controles de seguridad más estrictos.
Simón Moreno, jefe del Parque Los Nevados, fue categórico: "Una persona con síntomas de enfermedades respiratorias no debe hacer el ascenso. Ni siquiera debe hacer una caminata por el páramo." Esta simple regla, de haberse seguido, podría haber salvado la vida de Kevin.
La muerte de Kevin Bocanegra no fue un simple accidente de montaña. Fue el resultado de una serie de decisiones negligentes y de la operación ilegal de un servicio turístico que puso el beneficio económico por encima de la seguridad de sus clientes. Esta tragedia subraya la importancia crucial de verificar las credenciales de los operadores turísticos y respetar los protocolos de seguridad en la alta montaña.
Para Jois, quien recibiría una propuesta de matrimonio durante esta excursión, el Parque Los Nevados se convirtió en el escenario de su peor pesadilla. Su testimonio sirve ahora como una advertencia para otros aventureros y como un llamado a las autoridades para reforzar la vigilancia sobre las actividades turísticas en zonas de alto riesgo.
La montaña, majestuosa y mortal, no perdona la improvisación ni la negligencia. La muerte de Kevin Bocanegra es un recordatorio del respeto que debemos tener por la naturaleza y de la responsabilidad que conlleva guiar a otros en su exploración.
Las múltiples negligencias que costaron una vida en Los Nevados
La muerte del joven abogado Kevin Bocanegra en el Parque Nacional Natural Los Nevados no fue un simple accidente de montaña, sino el resultado de una cadena de negligencias y decisiones irresponsables que comenzaron mucho antes del fatal desenlace del 31 de diciembre de 2024.
Desde el inicio de la expedición, Oscar, primo de Kevin y autoproclamado guía, mostró señales de una peligrosa improvisación. En contra de todas las prácticas de seguridad en montaña, se negó a contratar arrieros con mulas para transportar el equipaje, forzando a sus clientes a cargar mochilas que superaban los 20 kilos, un peso excesivo incluso para montañistas experimentados.
La situación se agravaba por el hecho de que Oscar dedicaba más atención a su novia, una principiante sin experiencia en deportes de alto rendimiento, que a la seguridad del grupo. Esta distracción constante lo llevó a designar como guía alterno a Camilo, un amigo sin ninguna preparación en montañismo, violando el principio básico de que para un grupo de 12 personas se requieren como mínimo cuatro guías profesionales.
La falta de equipamiento básico resultó alarmante. El grupo ni siquiera contaba con ollas suficientes para preparar comida caliente, un elemento crucial en la alta montaña. Cuando llegaron al campamento base, tuvieron que esperar casi dos horas hasta que Oscar apareció con una olla diminuta y escasa agua, apenas suficiente para alimentar a los dos enfermos: él mismo y Kevin.
"Sáquenme de acá. No me siento bien, no puedo respirar", fue una de las últimas súplicas de Bocanegra el 31 de diciembre cuando su condición empeoró, pues también botaba líquido amarillo por la nariz.
El parque, por su parte, presenta sus propias deficiencias estructurales. La ausencia total de señalización, puntos de referencia o medios de comunicación convierte cada expedición en una potencial tragedia. Los arrieros locales, aunque acostumbrados al terreno y el clima, carecen de capacitación médica básica. Esto quedó dramáticamente evidenciado cuando, en un último intento por salvar a Kevin, un arriero intentó aplicar una inyección de dexametasona, pero la aguja se rompió en sus manos, eliminando quizás la última esperanza de supervivencia.
La irresponsabilidad alcanzó su punto máximo cuando Oscar, ya enfermo él mismo, ignoró los síntomas de Kevin y lo presionó para continuar. Las reglas son claras: ante los primeros síntomas de malestar - gripe, dolor de cabeza, dolor corporal - el ascenso debe detenerse inmediatamente. En vez de esto, Oscar abandonó a su primo a su suerte y, lo más grave, dejó a Jois y su madre prácticamente a la deriva en la montaña.
Los dueños de las fincas dentro del parque tampoco están exentos de responsabilidad. Priorizando el beneficio económico sobre la seguridad, reciben a cualquier grupo sin verificar las credenciales de sus guías, convirtiendo sus propiedades en cómplices silenciosos de estas tragedias.
La muerte de Kevin expone un sistema fallido donde la improvisación y la codicia han reemplazado la seguridad y el profesionalismo. Cuando Oscar decidió hacerse pasar por guía profesional, no solo engañó a sus clientes, sino que sentenció a muerte a su propio primo. La supervivencia de Jois y su madre, quienes lograron llegar al punto de evacuación guiadas únicamente por su instinto, es un testimonio de la fortaleza humana frente a la negligencia criminal.
Esta tragedia debe servir como un llamado urgente a la acción. El turismo de alta montaña no puede seguir operando en esta zona gris donde la vida humana vale menos que el beneficio económico. La muerte de Kevin Bocanegra no fue un accidente; fue el resultado predecible de un sistema que permite que cualquiera con suficiente arrogancia se proclame guía de montaña, sin importar las consecuencias mortales de su impostura.
Un maravilloso acto de amor
Posterior a la las exequias de Kevin, su padre y sus hermanas hicieron una bella invitación a Jois, fue un picnic, allí le dijeron que siempre serían su familia, que ella debía seguir adelante, que eso es lo que hubiese querido Kevin. Y en un maravilloso acto de amor, su suegro realizó el acto de compromiso, le entró un anillo con una bella leyenda y le dijo que ese tenía que ser un compromiso con ella misma, que iba a superar el gran dolor de la pérdida de Kevin, que le iba a volver a dar la oportunidad al amor y que él quería ser el abuelo de los hijos que ella tuviera en el futuro, que ella y su madre ya hacían parte de su familia, que sería una hija más para él.
Joys y Kevin vivían juntos hace algún tiempo, tenían su apartamento, tres mascotas, dos perritos y un gato, tenían muchos planes, él la había convertido a ella en una deportista de alto rendimiento. por eso las palabras de Kevin a Jois al momento de salir a hacer la cumbre ese 31 de diciembre antes de las 2:00 a.m. fueron "ve, hazlo por mi, traeme fotos, ustedes van a estar bien, yo te preparé para esto, yo las preparé para esto". Joys dijo también en esa entrevista: "Antes de Kevin, solo eramos mi mamá y yo, él me brindó una gran familia".
Uno de los grandes dolores de Jois, es ver como bajaron a Kevin una vez se dieron cuenta que ya no tenía signos vitales “Estaba envuelto en lonas, amarrado con cuerdas” como si fuera un bulto, la explicación era que si no lo bajan así, la entrega del cuerpo se demoraría más dos semanas, por los llamados actos urgentes, además dejaron entrever que como eso sería malo para el lugar, incluso ellas podían correr peligro, que lo mejor era que dejara que lo bajaran así hasta Cocora.
Para ese momento ya la familia de Kevin se había movilizado, los mensajes que Jois había logrado enviar, en los pocos instante de señal habían llegado a los familiares de su novio. Al llegar a Cocora ya estaba allí una de sus cuñadas, quien había tomado las riendas de todo, Jois no estaba en condiciones. Cuando por fin Jois llegó a Cocora, se encontró con su cuñada y ella la llevó a despedirse de Kevin, para ella no era posible que ese hombre maravilloso, el amor de su vida ya no la podía escuchar, lo abrazó de dijo todo lo que salía de su corazón.
Desde Alerta Tolima, le enviamos a Jois, a su señora madre y al padre y hermanas de Kevin un abrazo fraterno. Contamos su historia porque queremos que todos aquellos que la lean, la compartan y así la muerte de Kevin no sea en vano. Para que tomen siempre las medidas necesarias, que como mínimo consulten este link
Alerta Tolima consultó a un experto en montañismo y rescate, Fidel Díaz, y cuando le contamos la triste historia, reconoció todos los fallos de principio a fin. A raíz de su experiencia en Armero en 1985, su trayectoria en equipos de rescate y hoy en día como director del Centro de Entrenamiento Campo Aventura (Escuela de Supervivencia), miembro honorario y voluntario del ESE (Equipo Scout de Emergencia) y gerente de ventas de Rena Ware, ha desarrollado un programa que es el resultado de esas enseñanzas que a él le dejó la tragedia de Armero y que muy generosamente nos compartió.
Código de Búsqueda y Supervivencia Triada (artículo completo)
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