Policía es condenado por prostituir a su esposa con sus compañeros de trabajo
El Tribunal condenó al suboficial de la Policía a 10 años de prisión tras declararlo culpable de prostituir sexualmente a su esposa durante 10 años .
Ángel Gerardo García, llegó al juicio con prisión preventiva, por el delito de trata de personas con fines de explotación sexual, anterior a su arresto trabajaba en la Policía de la ciudad de La Paz, pero vivía en Santa Elena, igual que su esposa.
El fiscal federal José Candiotti solicitó al juez, 11 años de prisión para el acusado y ofreció un auto Volkswagen Bora que era propiedad del acusado, como reparación de la violencia económica sufrida por su esposa
El fiscal afirmó que la víctima "fue tratada como mercancía, afectando su dignidad" y que el acusado aprovechó que la mujer "estaba en situación de vulnerabilidad". Detalló que los abusos ocurrían en diferentes localidades.
Indicaron que la mujer no tenía permitido tener acceso a dinero, ni a su identificación, ni a poder contactarse con alguien sin permiso de su esposo por lo que indicaron que estaba vulnerada, despojada de su identidad y aislada.
Recordó que el Policía rompió la orden de restricción que tenía impuesta ya que tenía amenazada a la víctima, la explotación comenzó en 2009 y finalizó a mediados de 2019 luego de una llamada de una denuncia que realizó la hermana de la victima
La victima fue rescatada de la casa donde vivía con el Policía y fue trasladada y asistida por el Programa de Prevención, Protección y Asistencia a las Víctimas y Testigos de la Trata y Tráfico de Personas de Entre Ríos.
El fiscal concluyó que, "Con todas las violencias físicas, psicológicas, económicas, simbólicas y sexuales García fue creando un encarcelamiento psicológico para tratarla como mercancía, afectando su dignidad y actuando con conciencia".
La víctima relató que, "la invitaba a tomar cerveza, la hacía cambiar de ropa, la obligaba a tomar pastillas y a estar con hombres que la filmaban y le sacaban fotos que utilizaba luego para extorsionarla", también que su esposo la obligó a estar con otros siete policías y que por mas que suplicaba no paraban.
El abogado del agresor pidió la absolución, ya que consideró que "no hay prueba contundente", y que se trató de "una falsa acusación para separarse y quedarse con los bienes".
Y el acusado declaró, "Soy inocente y esto es algo armado, nunca hice eso que dice mi señora exsuegra, vengo de una familia bien constituida".
El juez lo declaró culpable del delito de trata de personas con fines de explotación sexual, y por promoción y facilitación de la prostitución; todos agravados por la condición de funcionario de una fuerza de seguridad y por haber sido la víctima su cónyuge.