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La estrategia Modelo de Reintegración Comunitaria, que actualmente está en proceso de cierre, ha beneficiado aproximadamente a 1.460 personas en todo el país, de las áreas urbanas y rurales de varias regiones incluyendo el departamento del Tolima e Ibagué.
Estas personas que pertenecieron a grupos armados al margen de la ley que dejaron las armas, víctimas, niños, niñas, adolescentes y jóvenes, mujeres, campesinos, autoridades locales y nacionales, organismos internacionales y líderes sociales, que terminan por estos días, ocho meses de intenso trabajo en comprender la vida del otro, valorar el trabajo conjunto, resolver los problemas a través del diálogo, emprender obras para mejoramiento de su barrio y entender antes que juzgar. El medio para lograrlo fue el Modelo de Reintegración Comunitaria (MRC).
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El MRC es una estrategia comunitaria liderada por la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN); la cual, en el último año ha contado con el apoyo del Programa de Reintegración y Prevención de Reclutamiento (RPR) de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), para la promoción de espacios de confianza y comunicación entre las personas desmovilizadas y las comunidades que los reciben, a fin de facilitar su adaptación a la vida civil y social, mediante estrategias de convivencia, construcción de ciudadanía y reconciliación.
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“Los MRC que actualmente están en cierre han beneficiado aproximadamente a 1.460 personas en todo el país. Ello se traduce en más gente comprometida con los procesos de reconciliación, convivencia y construcción de ciudadanía. Los MRC encuentran su razón de ser en la apropiación que las comunidades y sus líderes hacen de cada una de sus etapas. Lo anterior lo demuestran los 146 Modelos de Reintegración Comunitaria que desde hace 11 años se han adelantado con éxito por la ARN, con el apoyo de aliados públicos y privados”, expresó Andrés Stapper, director general (e) de la ARN.
Un MRC inicia con la realización de un diagnóstico de la zona focalizada, cuanto más participativo, más creíble. También, contempla la generación de espacios de comunicación y trabajo conjunto entre desmovilizados y comunidad donde se llevan a cabo procesos de formación, acciones simbólicas y la ejecución de proyectos comunitarios, que potencian las capacidades de las comunidades, tanto en lo individual, como en lo colectivo.
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