José Gregorio Hernández
Nuestro periodista Santiago Rojas nos cuenta sobre este hecho trascendental para los católicos de Suramérica.
En un acontecimiento histórico para la comunidad católica y pese al actual estado de salud del Papa Francisco, se ha anunciado la canonización del beato José Gregorio Hernández, conocido popularmente como “el médico de los pobres”. Este hito representa la culminación de décadas de devoción y reconocimiento a la vida y obra de un hombre que dedicó su existencia al servicio desinteresado de los más necesitados.
Un Hombre de Ciencia y Fe
José Gregorio Hernández nació el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, una pequeña localidad venezolana. Desde joven, mostró una inclinación notable hacia el estudio y la espiritualidad. Tras obtener su título de médico, decidió ampliar sus conocimientos en Europa, especializándose en microbiología, histología normal y patológica, bacteriología y fisiología experimental. A su regreso a Venezuela, no solo se destacó como un médico comprometido con sus pacientes, sino también como un académico apasionado, impartiendo clases en la Universidad Central de Venezuela.
Fue un médico muy querido y respetado en Venezuela, no solo por su excelencia profesional, sino también por su dedicación a atender a los más necesitados, sin importar su condición económica. Su vida estuvo marcada por la entrega a los demás, la fe católica y su vocación de servicio.
Falleció el 29 de junio de 1919 en Caracas, Venezuela. Su muerte ocurrió de manera trágica y repentina. Ese día, Hernández se dirigía a visitar a un paciente cuando fue atropellado por un automóvil en la esquina de Amadores, en el centro de Caracas. El impacto le causó graves heridas en la cabeza, lo que provocó su fallecimiento casi instantáneo. Tenía 54 años en el momento de su muerte.
El Médico de los Pobres
La reputación de José Gregorio Hernández como “el médico de los pobres” no fue casualidad. Durante la pandemia de gripe española en 1918, su dedicación fue ejemplar. Atendió incansablemente a los afectados, sin importar su condición económica, y en muchas ocasiones proporcionó medicamentos y tratamientos de su propio bolsillo. Su empatía y compromiso dejaron una huella imborrable en la sociedad venezolana.
El Camino hacia la Santidad
El proceso de canonización de José Gregorio Hernández ha sido extenso. En 1949, la Iglesia católica inició formalmente su causa, y en 1986, el Papa Juan Pablo II lo declaró “venerable”, reconociendo sus virtudes heroicas. Posteriormente, el 30 de abril de 2021, fue beatificado tras el reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión: la recuperación inexplicable de una niña que había recibido un disparo en la cabeza.
El anuncio reciente del Papa Francisco sobre su canonización se basa en la confirmación de un segundo milagro, requisito indispensable para ser proclamado santo. Aunque los detalles específicos de este milagro aún no han sido divulgados en su totalidad, se sabe que ocurrió en Venezuela y ha sido rigurosamente investigado por las autoridades eclesiásticas.
Preparativos para la Ceremonia
Aunque la fecha exacta de la canonización aún no ha sido anunciada oficialmente, se espera que la ceremonia se lleve a cabo en el Vaticano en el transcurso de 2025. Delegaciones de fieles, autoridades eclesiásticas y civiles de diversos países ya están organizando su participación en este evento histórico.
Para la comunidad de Ibagué y el Tolima, este acontecimiento resuena profundamente, inspirando a profesionales de la salud, académicos y fieles a emular los valores y principios que José Gregorio Hernández encarnó a lo largo de su vida. Su ejemplo perdurará como un faro de luz, guiando a las futuras generaciones en el camino del servicio y la fe
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Fuente
Alerta Tolima
