Lina Gabriela Cuenca busca el triunfo para la comuna Tres, la paciencia es la mayor virtud que dice poseer Gabriela. Esta le permite perseverar, tolerar y salir victoriosa de los contratiempos.
El cariño y el apoyo de familiares y vecinos del barrio La Granja son el motor que impulsa a Lina Gabriela Cuenca Herrera a representar a la comuna Tres en el Encuentro Municipal del Folclor.
El respaldo de todos aquellos que ven en ella a una digna representante de la belleza y el carisma de la mujer ibaguereña son su motivación.
Su bachillerato con énfasis en Pedagogía Infantil y ser estudiante de tercer semestre de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras son la carta de presentación de esta joven de 20 años, quien cuenta que para cumplir su objetivo en este nuevo reto, emprendió hace 13 meses un ejercicio de preparación desde su corazón.
Lina Gabriela ansía convertirse en la embajadora municipal del Folclor para representar en el departamento y el país, “no solo la comuna Tres, sino también a mi querida ciudad, haciendo gestión en el ámbito social y dejando en alto el nivel cultural que traemos por tradición”.
Para el certamen folclórico cuenta con el respaldo de la agrupación musical Matices de mi tierra y el preparador David Parra, quienes están ayudándole a desarrollar todo su potencial.
Además de su agilidad para la danza, cuenta con la habilidad innata para el dibujo, a través del cual expresa sus emociones y deja plasmada una huella de su esencia. Dibujar es tan apasionante y satisfactorio para ella, que lo ha convertido en su emprendimiento. Tiene un spa de uñas, que se ha ganado el reconocimiento de su sector.
Quiere aprovechar al máximo su paso por el Encuentro Municipal del Folclor tanto para posicionar sus destrezas como para posicionar la imagen de su barrio y su comuna como un territorio en el que reinan el respeto, la solidaridad y la proyección laboral.
Lina resalta de su gente el interés por mejorar las condiciones de vida de los adultos mayores y de las personas en condición de discapacidad, a quienes en el salón comunal se les “maneja programas que les ayuda a sentirse útiles y miembros activos de la comunidad”.