Tres vacas más muren en establo de Carlima en episodio de maltrato animal
En un hecho inédito en Ibagué, sin que nadie hiciera nada, van cuatro vacas muertas en un potrero de cemento en el matadero de Carlima en un claro episodio de maltrato animal.
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En total eran seis animales los que llevaban a la intemperie, sin comida, muriéndose de hambre, encerrados en un corral de cemento, a la espera de una decisión judicial y administrativa de la Fiscalía y el Invima, respectivamente.
Primero murió la más grande el pasado jueves. Este portal divulgó el caso el día de ayer, cuando precisamente en la fallecieron otras tres.
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Las reses son de raza Holstein. El caso que movilizó a varias ONGs de protección animal pero que no ha hecho que los funcionarios responsables se conduelan de la suerte de los animales es el siguiente:
Todo comenzó cuando el 26 de abril los empresarios Paola Andrea Forero de Carnes Devia de la calle 21 y Sergio Delgadillo trajeron a Ibagué 10 vacas Holstein desde Medellín y las descargaron en un predio del barrio El Salado. Compraron una más de raza criolla en la finca mencionada.
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El viernes 28 de abril tomaron la decisión de llevar 6 de los animales para sacrifico al matadero Carlima ubicado en el sector Chapetón.
Al otro día, sábado 29, apareció en el matadero el señor Diego Botero, propietario de la finca La Laguneta de Cajamarca, diciendo que los animales eran de él porque le habían sido robados la noche anterior.
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Entonces se armó esa mañana una batalla legal por establecer quién era el dueño de las reses. A la misma asistieron un inspector de Policía y funcionarios de la Sijín.
Mientras tanto Botero manifestaba que los colores de los semovientes coincidían con las que le habían hurtado y que las que estaban en Carlima tenían las marcas borradas.
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A las 10 de la mañana aproximadamente de ese día, Sergio Delgadillo relata que efectivos de la Sijín le alcanzaron a realizar un documento para entregar en depósito los animales.
Sin embargo, a esa hora hizo presencia una funcionaria de la regional del INVIMA identificada como Tania Liliana Botero Bernal y echó para atrás el procedimiento diciendo, según Delgadillo, que “se hacía lo que ella dijera, que ella era la autoridad y que por encima de todo se hacía lo que ella mandara”.
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Desde ese día el ganado está retenido, confinado al establo de cemento al sol y al agua, relata el denunciante.
La Fiscalía 42 inició un proceso en averiguación de responsables para establecer quién es el propietario de los animales. Se establecerá si hubo hurto, abigeato o una confusión. Pero mientras tanto pueden pasar meses e incluso años. De las seis, ya van muertas tres de física hambre.
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Las personas que denunciaron el hecho piden que la funcionaria Botero Bernal se conmueva de las vacas, que no las haga sufrir más, que ordene trasladarlas a un potrero de Carlima que contiene pasto braquiaria con árboles, agua y sombra, que les presten atención veterinaria urgente.
La señora Tania Liliana Botero Bernal tiene el cargo de “Profesional Universitaria – Dirección de Operaciones Sanitarias GTT03” en el INVIMA, fue directora ejecutiva de Acopi Tolima.
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Agrega el señor Sergio Delgadillo que las pérdidas en este trance superan los 20 millones de pesos.
Por su parte la empresaria Paola Andrea Forero, en representación de Carnes Devia, manifestó que con el decomiso, enfermedad y estado de las novillas se han perjudicado 25 restaurantes de la ciudad de Ibagué con los que tenían un convenio para distribuir la carne.
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