Quienes hemos vivido, vivimos y amamos en las orillas del Combeima a Ibagué, anhelamos siempre una ciudad de progreso, llena de oportunidades para los jóvenes, para las mujeres, donde superemos los niveles de pobreza y desempleo, donde la competitividad este inmersa en un proyecto de ciudad con un desarrollo que contenga equidad y productividad.
Se ha hablado de muchas potencialidades de nuestra ciudad, aprovechadas poco o nada; aun a pesar de múltiples diagnósticos, no definimos clara y contundentemente la vocación de desarrollo economico y social de Ibagué, una visión de largo plazo, que permita recorrer un camino donde se construya sobre lo construido, deponiendo intereses particulares sobre los intereses de todos. Aun a pesar de nosotros mismos Ibagué, por generación espontánea nos ha marcado el camino como una ciudad de servicios, nos regala permanentemente los beneficios de sus ventajas comparativas: ubicación, clima, biodiversidad, gran riqueza cultural, musical y gastronómica, nos invitan a ponernos a la altura de semejante fortuna.
Conocer el “municipio” de Ibagué en toda su dimensión de territorio, esos mil cuatrocientos cuarenta kilómetros cuadrados (1440km2), de los cuales solo el seis por ciento (6%) es la ciudad, el resto sector rural, nos invita a observar un presente y un futuro a transformarse en prospero, un Ibagué con más de sesenta y cinco mil hectáreas (65.000ht) productivas de las cuales solo se aprovechan el treinta por ciento (30%), que en las actuales circunstancias de la humanidad y de nuestro país, nos invita para de manera real convertirnos en el municipio más productivo de alimentos del país.
Ibagué la ciudad destino de Colombia, debe ser una realidad de a puño, todos los pisos térmicos, los bajos costos del nivel de vida, la capacidad hotelera, nuestra gente y las grandes ventajas comparativas, debemos transformarlas en competitivas, ordenar nuestro territorio (POT), definiendo nuestras vocaciones especialmente en la logística, desde una visión de productividad y equidad, nos permitirán convertir estos grandes retos en realidades. Seguridad como un gran valor de la ciudad debe ser otra de las premisas, la gran cantidad de agua un instrumento de desarrollo y una política social de amplio impacto, nos permitirán generar un gran sentido de pertenencia y orgullo. Ibagué esperanza, la ciudad del presente y el futuro del país.