Columna de Opinión
El exgobernador Oscar Barreto hace un llamado de alerta, destacando cómo la mentira y cala y afecta negativamente los procesos ciudadanos.
América latina vive hoy una gravísima crisis de confrontación ideológica, enmarcada en disputas políticas por el poder, especialmente en Colombia la polarización ha traído como consecuencia tomar caminos, combinaciones de luchas carentes de principios éticos. La verdad está en crisis, no hay medida al esbozar la mentira, no hay ninguna consideración, lo que se busca es el resultado para satisfacer intereses particulares.
La mentira disfrazada de verdad ha hecho carrera, los medios alternativos de comunicación, tienen personajes reales o falsos que potencian la mentira como argumento, más grave aquellos que a razón de la ignorancia o la incompetencia dicen mentiras y las defienden. Es risible escuchar y leer a quienes desconocen de lo que hablan convencidos y con actitud soberbia, atacan a los que para ellos son los ignorantes y mentirosos, verdaderos discípulos de quien diría Goering tenía “un enorme complejo de inferioridad”, por su condición física, económica y sus fracasos amorosos, Josep Goebbels y su precepto “Decir una mentira tantas veces como sea posible hasta que se convierta en verdad”, será que muchos de los mentirosos que tenemos en Colombia son imagen y semejanza de Goebbels, seguramente que sí y con especial acento en algunas de esas características.
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Necesitamos urgentemente en Colombia, defender la verdad que hace parte de la honra y bienes de los ciudadanos, cada día más afectados por la mentira. El sicariato moral debe contenerse de manera real, las instituciones deben proteger la verdad y las personas, tener una gran agenda para abordar de manera seria esta gran crisis en todos los poderes del Estado.
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Los pseudo intelectuales, portadores de la pseudo verdad, son agentes tramadores, por supuesto ante tanta falta de formación ciudadana e incompetencia; tramadores hay desde los cafetines hasta las universidades y gravemente en muchas instituciones del Estado, afectando transversalmente todas las esferas de la sociedad. Los defensores de la verdad, la que sobre todo se da en beneficio de la sociedad y el colectivo, no pueden ser replicadores de la mentira, es tan culpable el mentiroso, como quien replica sus mentiras.
Fuente
Alerta Tolima
