Por: Indira Orfa Tatiana Rojas – tatianarojasoviedo34@gmail.com
El Gobierno nacional sancionó la ley 1620 de 2013, por la cual se crea El Sistema Nacional de Convivencia Escolar y formación para el ejercicio de los Derechos Humanos, la Educación para la Sexualidad y la Prevención y Mitigación de la Violencia Escolar.
Las instituciones educativas deben contar con los respectivos Comités de convivencia y garantizar la participación oportuna de docentes y padres de familia, en la búsqueda de una sociedad más sana, que garantice el desarrollo del proyecto de vida con la tranquilidad que debe dar el respeto a los derechos humanos.
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En el curso de Enfoques y modelos de investigación de la Licenciatura en Lengua Castellana de la Universidad del Tolima, los estudiantes Marlon Javier Hernández Tavera, Miguel Ángel Páez Eguizábal y Alexánder Vela Peralta, llevaron a cabo en su ejercicio de investigación, un estudio de caso denominado: “Relación entre el bullying y el bajo rendimiento académico”.
Según Olweus, citado por los investigadores, el Bullying (acoso-matoneo), es una conducta agresiva dirigida a hacer daño de manera reiterativa en el tiempo y que se produce en el seno de una relación interpersonal , caracterizada por un desequilibrio de poder.
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Por lo tanto, el poder es un elemento que hace parte de los diversos grupos sociales incluyendo a los niños y los adolescentes en las aulas de clase, como parte de los conflictos que se asocian a los climas de aula que bien pueden ser tóxicos o nutritivos.
“El Bullying en las aulas tiene diversas fuentes; bien pueden ser raciales, físicas, emocionales, cognitivas, sexuales e ideológicas y las víctimas no cuentan con el carácter suficiente para poner límites enfrentando a quienes los vulneran, con el agravante de no atreverse en la mayoría de los casos, a contar a sus familias o a buscar ayuda entre sus docentes, afectando seriamente el proceso educativo, propiciando al abandono escolar, la deserción de las aulas e incluso a pensar en acciones que atentan contra su propia vida”
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El ejercicio de investigación también señala que las relaciones interpersonales entre los estudiantes y los docentes, constituyen una forma de gestar el bullying en el aula. Cuando las clases se tornan desordenadas, se propicia un ambiente de irrespeto, intolerancia, irresponsabilidad y un sinnúmero de antivalores que afectan la convivencia sin que el docente ejerza ningún tipo de plan de acción o estrategias para dar solución al hecho.
Se concluye que el Bullying y el bajo rendimiento académico son problemáticas muy comunes en el ámbito educativo, el maltrato limita las capacidades y habilidades de los estudiantes. “Me gusta estudiar, pero no me gusta participar en clase, por miedo a que se burlen de mí”, dice el actor social (estudiante) que hizo parte del estudio.
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La Institución Educativa que no ejerce medidas correctivas para contribuir a la solución problemática dejando mal posicionados a sus docentes por el desconocimiento de sus funciones.
¿Qué está haciendo Ud. por quien es víctima de Bullying?
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