Un plan Marshall y un New Deal: Más emprendimiento, más empleo y vamos pa'lante
Hace 75 años, con el fin de la Segunda Guerra Mundial la inmensa recesión económica con la que quedaron los países europeos, sus aliados les tendieron la mano para recuperar el continente y alejarlo de tendencias políticas de izquierda. 15 años antes de esto, Estados Unidos había creado el programa que lo haría salir de la crisis generada por la Gran Depresión, el New Deal, con el que se crearon millones de empleos en el país norteamericano. Hoy, en medio de una afectación económica similar dejada por los estragos del COVID-19 y el aislamiento al que nos vimos obligados para salvaguardar vidas, propongo ejecutar un plan similar, claramente adaptado a nuestra idiosincrasia, enfocado en el emprendimiento y el empleo, para recuperar nuestro país y nuestro departamento.
El Plan Marshall original para Europa incluía medidas que eliminaron barreras comerciales, modernizaron la industria, aumentaron la productividad y que finalmente lograron que la prosperidad regresara a los países que hoy son reconocidos por ser los más avanzados. No en vano, Alemania, el más afectado de todos, es hoy uno de los países más tecnificados, desarrollados, industrializados y prósperos del continente europeo.
De todas estas medidas concretas, las más importantes y que se pueden traer adaptadas a nuestra realidad fueron los préstamos que hizo Estados Unidos a los países europeos, condicionados a la emisión de medidas fiscales neoliberales y capitalistas y a la compra de materias primas de producción primordialmente dentro de continente, y si fuere necesario importar, que sólo fuese a Estados Unidos (evitando la inversión europea con sus recursos en países comunistas como la URSS, China y Vietnam). Además, se realizaron fuertes campañas para promover la libertad comercial y la eliminación de barreras arancelarias, gracias a las cuales hoy Europa es una gran unión de países que funcionan como un mismo Estado en términos comerciales, arancelarios y de movilidad. Finalmente, en el caso de los préstamos, el dinero solo se colocó por intermedio de la banca europea, evitando a toda costa bancos internacionales, incluso los americanos.
Todas estas determinaciones contribuyeron no solo en términos económicos y de prosperidad nacional, sino también a evitar la consolidación de la influencia comunista, que buscó aprovecharse de la devastación generada por la guerra.
Colombia no es diferente ante este último punto. Con lo que está sucediendo actualmente es muy probable que los sectores de izquierda busquen aprovecharse de las necesidades de los ciudadanos más pobres y en situación de grave vulnerabilidad. Es por esto que hoy quiero proponer un estilo de Plan Marshall para nuestro país y específicamente para nuestro departamento. Algo que nos ayude a reconstruir nuestra economía y a fortalecernos como región.
Pero también es importante mencionar otro plan, que en 1933 y sumido en la crisis económica de la Gran Depresión, Estados Unidos de América lanzó, conocido como el “New Deal”, que buscó mejorar las condiciones sociales de la vida de los estadounidenses implementando el sistema de seguridad social global (que ya tenemos en Colombia), pero, sobre todo, estabilizar y recuperar la economía y los empleos en ese país.
Además de los programas sociales básicos, la nación implementó fuertes programas de ayuda laborales, con un especial enfoque a la agricultura y a los empleos informales. ¿De qué manera? Sencillo. Permitiendo el acceso a recursos financieros por intermedio de agencias del gobierno y creando empleos a través de ejecución de obras públicas. Todas estas medidas tuvieron un fin secundario al igual que el Plan Marshall: recobrar la confianza de la ciudadanía.
Mi propuesta, entonces, es sencilla y va en línea con lo definido por el Gobierno Nacional para reactivar la economía después de la pandemia, que es muy cercano a un New Deal, pero proponiendo combinarlo con algunas medidas al estilo Plan Marshall.
La propuesta actual de Presidente Iván Duque es reforzar la inversión en infraestructura de transporte, obras civiles y construcción de vivienda. Es decir, tal como el New Deal, poner más recursos públicos en la economía para crear empleos y recuperar el país.
Por mi lado, mi propuesta es sencilla pero efectiva: facilitar recursos a través de los bancos nacionales, como el Banco Agrario, para aquellos que quieran emprender y crear empresa después de la crisis generada por la pandemia. Estos préstamos podrían ser créditos de fomento condicionados, con solo dos obligaciones: crear empleo y adquirir insumos de origen nacional. Entonces, promoveríamos la empresa privada y el emprendimiento, para que esta también genere empleos, y doblamos esfuerzos con los empleos públicos generados por el Gobierno; y de paso, un encadenamiento productivo para impulsar toda la economía nacional.
Esta propuesta puede ser implementada en todos los niveles del ejecutivo, tanto el Gobierno Nacional como los departamentales y locales pueden hacerlo, colocando recursos en el Banco Agrario a través de programas especialmente creados para estos fines. Importante sí, que, en departamentos como el Tolima, exista una fuerte consideración hacia el sector agropecuario, el cual ha sido fuertemente afectado, pero sin olvidar al sector textilero de Ibagué. Acá, por ejemplo, podríamos entregar créditos condicionados a empleo de solo tolimenses, y compra de insumos locales.
Con esta dinámica, reforzamos la visión sobre la importancia que tiene el sector privado como motor de la economía, multiplicamos esfuerzos para recuperar el país, creando cientos de miles de empleos y comprando nacional, y así, convirtiendo a Colombia de nuevo en un país próspero. Esa es mi propuesta.
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