He estado muy atento al comportamiento de la economía internacional y de lo que pasa en el mundo en materia comercial, logística y de abastecimiento. El encarecimiento de la canasta familiar y el costo de vida, en un país con vocación agrícola y entre comillas “rico en materias primas y biodiversidad”, demuestra que no se ha hecho una tarea juiciosa y clara, que enmarque una visión de desarrollo con la prospectiva de, que es lo que se debe hacer en el país, en nuestro caso, en las regiones.
La Seguridad Alimentaria del territorio, hace parte del marco constitucional colombiano, por lo que, como gobernante, tengo la responsabilidad visualizar los mejores escenarios de desarrollo y la ruta para alcanzarlos. El apoyo y compromiso en la construcción de la Visión 2050, hace parte de la estrategia que nos hemos trazado para posicionar al Tolima, como un territorio fértil para el desarrollo económico y de inversión.
Dentro de los proyectos ancla, que necesita el territorio para consolidar estrategias productivas y competitivas, quiero resaltar dos grandes oportunidades para el territorio: La Zona Franca y la Central de Abastos, proyectos fundamentales para consolidar las apuestas productivas del territorio en materia agropecuaria, agroindustrial, logística y de turismo. La visión 2025 aún no ha cerrado su capítulo, creo que estas visiones de largo plazo se planean y construyen en los primeros años, para luego materializarse en la etapa final. Es justamente el momento de releer el territorio y determinar qué es lo urgente y lo importante.
Necesitamos garantizar la seguridad alimentaria de los tolimenses y de las regiones que nos rodean, un concepto que va mucho más allá; la investigación científica, la aplicación de tecnología para el sector agropecuario, el ordenamiento productivo y ambiental del territorio, la apertura de mercados y el relacionamiento con el exterior, hacen parte de esta visión. La oportunidad de tener una Zona Franca está en nuestras manos, esto en el sentido de la Triple Hélice que no puede dejar de rotar: Estado – Empresa – Academia, estamos llamados para articular estrategias en materia de condiciones, inversión y conocimiento. El estado apoyará y acompañará el proceso, pero serán los gremios, empresarios y academia, los protagonistas a la hora de materializar las oportunidades y proyectos de impacto económico y social.
La Central de Abastos, deberá girar sobre un modelo de economía de escala en asocio con economía circular y Bio-Economía. No será el hecho en el que algunos incurren, al imaginar que una central de abastos, es algo similar a una gran plaza de mercado. Por el contrario, este tipo de proyectos de infraestructura Agro – Logística, son determinantes en la creación de emprendimientos por oportunidad y STARTUP, el campo de hoy es muy diferente, pues las relaciones entre los actores de las cadenas, se hacen cada vez más cortas y flexibles; lo que nos obliga a pensar disruptivamente, sobre la importancia de apoyar decididamente la construcción de esta central, no por la obra de cemento, si por el impacto funcional, que traerá para toda la región.