La alcaldesa de Ibagué, Johana Aranda, se ha pronunciado sobre la polémica generada en torno a un video que se hizo viral en medios nacionales y redes sociales.
Ayer 2 de enero la alcaldesa realizó una visita a algunas de las oficinas de sus funcionarios, solo para encontrarse con que muchos de ellos brillaban por su ausencia. Este hecho ha desatado un debate sobre la responsabilidad y el cumplimiento de horarios en la administración pública.
En su comunicado dirigido a la opinión pública, Aranda enfatiza que recuperar la confianza en lo público es un compromiso que debe ser asumido por cada despacho, no solo en Ibagué, sino en todos los municipios del país. Este principio es esencial para fortalecer el vínculo entre las instituciones y la ciudadanía, en un contexto donde muchos ciudadanos han perdido la fe en el funcionamiento del Estado.
La alcaldesa argumenta que visitar las dependencias en horarios hábiles no debe ser interpretado como una dinámica de hostigamiento o persecución laboral. Al contrario, asegura que garantizar el respeto al ciudadano es una obligación inherente al servicio público. "Es razonable y saludable que mandatarios, directivos y responsables del personal hagan este ejercicio de supervisión", señala Aranda, defendiendo su derecho y deber de velar por el cumplimiento de las responsabilidades laborales de sus colaboradores.
Es importante destacar que, aunque se ha establecido que muchos trabajadores pueden disfrutar de días compensatorios o de descanso, quienes no optaron por esta posibilidad o ya habían cumplido anteriormente con su cese de actividades deben continuar con sus obligaciones laborales. La alcaldesa recuerda que el servicio público requiere un compromiso constante y que la ausencia injustificada no puede ser tolerada.
La mandataria también reconoce que estas medidas pueden generar incomodidad y críticas, pero sostiene que es necesario romper con la costumbre de justificar ausencias y faltas de compromiso. "El ciudadano es lo más importante, y debemos servirles, no servirnos de lo público", subraya Aranda, resaltando que la percepción de que los funcionarios no cumplen con sus horarios y responsabilidades ha llevado a la ciudadanía a perder confianza en el sistema.
Es importante señalar que, aunque algunos funcionarios tenían días compensatorios, otros llegaron tarde a sus puestos de trabajo. En particular, en el edificio de la Calle 17, donde se registraron las ausencias, la situación fue notoria. Sin embargo, en el edificio central de la Alcaldía, donde se encontraban todos los secretarios, la puntualidad fue evidente. Por ejemplo, el secretario de gobierno llegó antes de las siete, al igual que la secretaria administrativa, la entrada oficial es a las siete y media. Otros secretarios, y la encargada de la oficina jurídica, también estaban presentes. Esto demuestra que no todas las sedes estaban igual. Es fundamental aclarar que la alcaldesa no solo visitó la sede de la Calle 17, sino que también estuvo en otras oficinas donde los funcionarios sí cumplieron con su horario.
La falta de asistencia de algunos funcionarios en un día hábil pone de manifiesto una problemática que afecta no solo a la administración pública, sino también a la imagen que los ciudadanos tienen de sus gobernantes. La alcaldesa Aranda, al llegar temprano a su trabajo, busca dar ejemplo y establecer un estándar que sus secretarios y funcionarios deben seguir. La ética del trabajo y la responsabilidad son valores que deben prevalecer en el servicio público, especialmente en un momento en que la desconfianza hacia las instituciones es palpable.
El compromiso de la alcaldesa con la optimización de la administración es evidente. Su intención es que este ejercicio de supervisión no se considere como un intento de generar polémicas, sino como una medida necesaria para garantizar que la ciudadanía pueda confiar en su gobierno. "Nuestra administración tiene la noble intención de creer en los buenos trabajadores, cumpliéndole a una ciudad que ha depositado su confianza en nosotros", concluye Aranda en su comunicado.
Los ciudadanos merecen funcionarios comprometidos que respeten los acuerdos laborales y los horarios establecidos. La dinámica de trabajo en cualquier institución, pública o privada, debe permitir el seguimiento a los colaboradores para asegurar que cumplan con sus responsabilidades. La alcaldía, como cualquier empresa, está remunerando un tiempo que debe ser laborado, y es esencial que todos los funcionarios respeten esos acuerdos.
La situación evidenciada por la alcaldesa Johana Aranda subraya la importancia de la responsabilidad y el compromiso en el servicio público. Es momento de que todos los funcionarios asuman su papel con seriedad y dedicación, para así recuperar la confianza de los ciudadanos y demostrar que la administración pública puede ser efectiva y responsable. La ciudadanía merece servidores públicos que cumplan con su deber, y es tarea de cada uno de los funcionarios hacer de Ibagué un lugar donde la confianza y el servicio sean la norma.