La crianza de los hijos es un camino lleno de decisiones complejas, donde la honestidad es un valor fundamental. Sin embargo, hay ocasiones en las que ciertas "mentiras" pueden ser necesarias para proteger a los más pequeños de peligros inminentes. Aunque el engaño suele tener una connotación negativa, existen situaciones en las que las falsedades bien intencionadas pueden ser herramientas valiosas de seguridad y educación.
Mentiras como mecanismo de protección.
Cuando los niños están solos o enfrentan posibles amenazas, enseñarles ciertas "mentiras blancas" puede ayudarles a evitar situaciones de riesgo. "No siempre podemos decir toda la verdad a los niños, especialmente cuando se trata de su seguridad", explica la psicóloga Nohora Cecilia Medina. "Es importante proporcionarles herramientas para que puedan manejar situaciones difíciles sin generarles miedo innecesario".
Entre estas mentiras está la clásica "Mis papás están en casa" cuando un desconocido toca la puerta. Este pequeño engaño puede disuadir a personas malintencionadas de insistir o intentar ingresar a la vivienda. Otro ejemplo común es decirles que "un adulto de confianza siempre está vigilándolos", lo que les da una sensación de seguridad y evita que caigan en trampas de extraños.
Situaciones y respuestas cuando el niño se encuentre solo
Si estando en casa llaman al teléfono, al citófono o a la puerta y le preguntan si está SOLO decir NO
- Si el menor está solo en casa siempre debe decir que sus padres o hermanos si están y no abrirle la puerta a nadie.
¡Pilas! Si le preguntan si sus padres están en casa siempre decir que SI.
Si en la calle le preguntan si está solo siempre decir NO:
- Siempre decir que está con sus padres y señalar a cualquier extraño a lo lejos.
- Inculcarle que nigún adulto o incluso adolescente desconocido le va a pedir un favor a un niño, siempre decir no, allí están mis padres, tengo prisa, etc.,
- Jamás entrar a una casa, local, edificio y mucho menos a un vehículo en esas circunstancias.
¡Pilas! Si la pregunta es, ¿Estás con tus padres? decir siempre que si y señalar a alguien en la distancia.
En grandes superficies, almacenes, aeropuertos, terminales:
- Igual que estando en la calle, pero sobre todo inculcarles que no se queden en lugares solitarios o parqueaderos, ir a zonas con gente.
- Acercarse siempre a personal de puntos de pago o puntos de información y si alguien desconocido se presenta como su familiar gritar muy fuerte que MAMA y NO LO CONOZCO
¡Pilas! Siempre gritar MAMA muy fuerte y varias veces es una gran medida de disuasión.
En el colegio
- Cuando un compañero le diga: Esto no se lo puedes decir a tus padres o tus maestros debe contestar que SI y que haga todo lo contrario.
- Cuando lo inviten a algún lugar y le indiquen que es secreto, que no debe avisar, que diga SI pero de inmediato informe a sus padres o maestros.
- Cuando lo reten a hacer algo, que conteste que SI pero que no tiene necesidad de demostrar nada a nadie y retirarse.
Es muy importante que tengan una frase de santo y seña, si el menor tiene celular, puede llamarte y decirte "mamá/papá, gírate y me verás" el desconocido se persuadirá al saber a los padres cerca.
Seguridad en la era digital
El mundo digital también representa un desafío para la protección infantil. Hoy en día, los niños tienen acceso a redes sociales y plataformas de comunicación donde podrían ser víctimas de engaños o depredadores. "Aconsejamos a los padres que instruyan a sus hijos para que nunca revelen información personal en línea, incluso si deben decir una pequeña mentira para protegerse", indica el experto en seguridad digital, Berny Sosa. Decir que "no estoy solo" o "mis papás están supervisando mi cuenta" puede ser una barrera disuasoria frente a posibles amenazas.
Nunca debe dar datos de contacto, pero si lo llega a hacer, no dar los reales.
¿Hasta dónde es correcto mentir?
El límite entre una mentira protectora y un engaño perjudicial es difuso. Es fundamental que los padres utilicen estas herramientas con criterio y de manera equilibrada. "No se trata de inculcarles el hábito de mentir, sino de enseñarles a identificar situaciones en las que pueden resguardarse con información selectiva", enfatiza la psicóloga Nohora Cecilia Medina.
Además, a medida que los niños crecen, es importante explicarles por qué se usaron estas mentiras y ayudarlos a desarrollar su propio juicio. En definitiva, aunque la sinceridad es una virtud que debe fomentarse, existen circunstancias en las que las mentiras bien intencionadas pueden ser un recurso válido para garantizar la seguridad y el bienestar de los más pequeños. La clave está en el equilibrio y en la intención con la que se emplean.
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