
La fiebre amarilla ha sido durante siglos una enfermedad temida que ha causado numerosas epidemias en diversas partes del mundo. Su control efectivo llegó 1930 con el desarrollo de una vacuna y que desde 1937 ha salvado millones de vidas. Aquí la historia de esta importante vacuna, su implementación en Colombia y las consideraciones para su aplicación.
El descubrimiento de la vacuna
La vacuna contra la fiebre amarilla fue desarrollada por Max Theiler, un virólogo sudafricano que trabajaba en la Fundación Rockefeller en los Estados Unidos. Tras años de investigación, Theiler logró atenuar el virus de la fiebre amarilla mediante pases sucesivos en cultivos de tejido, creando así una cepa debilitada pero inmunogénica conocida como 17D.
En 1937, Theiler y sus colaboradores publicaron los resultados de sus investigaciones, demostrando que la vacuna era segura y eficaz. Este logro científico fue reconocido con el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1951, convirtiendo a Theiler en el primer africano en recibir este prestigioso galardón.
Características de la vacuna
La vacuna 17D sigue siendo, con algunas modificaciones, la misma que se utiliza en la actualidad. Se trata de una vacuna de virus vivo atenuado que provoca una respuesta inmunitaria robusta y duradera. Una sola dosis proporciona inmunidad durante al menos 10 años, aunque según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la protección podría ser de por vida.
La vacuna se administra por vía subcutánea o intramuscular y genera inmunidad en aproximadamente el 99% de las personas vacunadas en un plazo de 30 días.
Implementación en Colombia
Colombia, al ser un país con áreas endémicas para la fiebre amarilla, ha incorporado esta vacuna a sus programas de salud pública desde la década de 1940. Sin embargo, la implementación sistemática en el país comenzó en los años 70, cuando se intensificaron los esfuerzos para controlar la enfermedad en las zonas de riesgo.
Desde 2002, la vacuna contra la fiebre amarilla forma parte del Programa Ampliado de Inmunización (PAI) en Colombia. Según las directrices del Ministerio de Salud, se recomienda la vacunación a partir de los 12 meses de edad para los residentes de zonas de riesgo y para viajeros que se dirijan a estas áreas.
Las zonas consideradas de riesgo en Colombia incluyen:
- La región amazónica
- La región de la Orinoquía
- La Sierra Nevada de Santa Marta
- El valle del río Magdalena
- La región del Catatumbo
- Partes de la región Andina y del Pacífico
Quiénes no deben recibir la vacuna
A pesar de su eficacia, existen grupos de personas para quienes la vacuna contra la fiebre amarilla está contraindicada:
- Niños menores de 6 meses: El riesgo de encefalitis asociada a la vacuna es mayor en este grupo.
- Mujeres embarazadas: Se recomienda evitar la vacunación durante el embarazo debido al riesgo teórico para el feto, aunque en situaciones de alto riesgo de exposición, los beneficios pueden superar los riesgos.
- Personas con inmunosupresión severa: Incluye pacientes con VIH/SIDA sintomático, neoplasias bajo tratamiento, trasplantados o quienes reciben terapia inmunosupresora.
- Personas con alergia severa a proteínas del huevo: La vacuna se cultiva en embriones de pollo, por lo que puede contener proteínas de huevo.
- Personas con enfermedades del timo: Existe un riesgo elevado de desarrollar efectos adversos graves.
- Adultos mayores de 60 años: Si es su primera vacunación, deben evaluarse cuidadosamente los riesgos y beneficios debido a la mayor probabilidad de reacciones adversas graves.
Efectos secundarios y reacciones adversas
La mayoría de las personas experimentan efectos secundarios leves o nulos tras la vacunación. Los efectos más comunes incluyen:
- Dolor o inflamación en el sitio de inyección
- Fiebre leve
- Dolor muscular
- Dolor de cabeza
- Malestar general
Sin embargo, existen reacciones adversas graves pero muy raras (aproximadamente 1 caso por 250,000-500,000 dosis), como:
- Enfermedad viscerotrópica (similar a la infección natural por fiebre amarilla)
- Enfermedad neurotrópica (que afecta al sistema nervioso)
Importancia para viajeros y residentes
Para los colombianos que viajan a zonas endémicas dentro o fuera del país, la vacunación es fundamental. La fiebre amarilla es una enfermedad prevenible pero potencialmente mortal, con una tasa de letalidad que puede alcanzar el 50% en los casos graves.
Además, muchos países exigen el Certificado Internacional de Vacunación contra la Fiebre Amarilla para ingresar a su territorio si el viajero proviene de zonas endémicas o ha transitado por ellas. La vacuna contra la fiebre amarilla representa uno de los mayores logros en la historia de la salud pública mundial. En Colombia, su implementación ha sido crucial para proteger a la población contra una enfermedad que, sin la inmunización adecuada, podría causar brotes devastadores.
Es importante que tanto profesionales de la salud como la población general estén informados sobre las indicaciones y contraindicaciones de esta vacuna, así como sobre la importancia de mantener altas tasas de cobertura en las zonas de riesgo. La vigilancia epidemiológica continua, combinada con programas de vacunación efectivos, sigue siendo la estrategia principal para mantener bajo control esta enfermedad en Colombia y en todo el mundo. La ciencia detrás de la vacuna de la fiebre amarilla nos recuerda cómo la investigación persistente puede resultar en herramientas que salvan millones de vidas a lo largo de muchas décadas
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